El plato que os traemos hoy podría deciros que es un 2x1. Realmente son dos platos diferentes, casi podríamos decir que un primero y segundo juntos, pero su combinación queda riquísima.
Así que cuando fuimos a comprar y vi los níscalos, me lancé directamente a ellos. Al principio los iba a hacer sencillos, con ajito y perejil a la plancha, que es un plato rápido, sencillo y que me encanta. Pero luego vimos los boletus y el cocinillas entró en acción "¿qué te parece hacer un risotto con estas setas?" Y desde que descubrí mi pasión por el risotto no le puedo decir que no...

Y el acompañarlo con conejo fue casi por casualidad. No se nos ocurría qué podíamos preparar como segundo, lo vimos y nos preguntamos ¿quedará bien todo junto? 

Se puso a ello y el resultado fue delicioso. Durante un día lluvioso comimos un risotto de lo más otoñal y suave, acompañado de un conejo al ajillo que le da un toque de vidilla al plato. Os recomiendo que lo probéis, os hará sentir que tenéis el otoño en vuestro plato. Y si el conejo no os gusta mucho, podéis cambiarlo por pollo. Seguro que también estará muy bueno.

Para que no se os quede fría una de las dos partes de este plato, os recomiendo que las hagáis más o menos a la vez. Ya veréis que es muy fácil.

Antes de todo, comenzamos limpiando los boletus y los níscalos. La manera más fácil es coger un pincel de la cocina y "cepillar" con suavidad la parte interior del sombrero de la seta. Para limpiarla por fuera, puedes pasarle con cuidado un paño húmedo y secarla con una servilleta de papel. Por si tenéis alguna duda, os dejo el enlace a un vídeo en el que lo explican fenomenal :).

Una vez que los boletus y los níscalos estén bien limpios, córtalos a rodajas junto con la cebolla. Tritura también los seis ajos y reserva todo.

Salpimienta el conejo. En una sartén a fuego medio-alto vierte un buen chorro de aceite y, cuando esté caliente, añade el conejo troceado. Dale la vuelta de vez en cuando para que se vaya haciendo por ambos lados.

Cuando la carne empiece a estar dorada, añade todos los ajos triturados y un puñado pequeño de tomillo y romero. Remueve, espera a que los ajos estén dorados y añade un chorrito de brandy y de agua para que los ajos no se quemen.

Deja que se haga unos minutos para que el alcohol se evapore y se termine de hacer la carne. Retira la sartén del fuego y ya tenemos hecho el conejo :).

Vamos a preparar el arroz para la segunda parte de nuestro plato. 

En un cazo o en el microondas calienta el caldo para tenerlo preparado ya que lo tenemos que añadir caliente. Reserva.

En una sartén a fuego medio añade un chorro de aceite de oliva y 3/4 de la mantequilla, espera a que se derrita y añade la cebolla troceada y un poco de sal. Cuando empiece a estar dorada y blanda, añade los níscalos y los boletus.

Deja que se hagan durante unos 5 minutos aproximadamente, removiendo de vez en cuando con cuidado. Cuando empiecen a estar blandos, añade el arroz, remueve y añade parte del caldo, un cazo por cada cada persona (en nuestro caso fueron 4 cazos). Ves removiendo para que el arroz absorba el caldo.

Sigue añadiendo el caldo poco a poco, un par de cazos cada vez que el caldo se reduzca y sin dejar de remover con movimientos suaves y envolventes.

Por último, añade el resto de la mantequilla y remueve unos 5 minutos más hasta que se deshaga por completo y el caldo se evapore, quedando una salsa espesa. Antes de retirar la sartén del fuego rectifica de sal si hiciera falta.

Ya solo queda emplatar poniendo una ración de arroz y unos trozos de conejo en cada plato.

Bueno, ya estamos de nuevo inmersos en la rutina... O supongo que es lo que la mayoría ha intentado hacer hoy... Además de lamentarse por la finalización de las fiestas, vacaciones, comilonas y demás... Al menos en parte es lo que he hecho yo jeje por que las fiestas se me han pasado demasiado rápido y de repente me he encontrado a 9 de enero y con la casa todavía llena de los adornitos navideños, por que durante el fin de semana no tuve valor suficiente para quitarlos y es que ¡adoro la Navidad! En fin, supongo que lo alargaré hasta el próximo fin de semana, así tengo la excusa de que los podremos recoger más tranquilamente jaja.

Y mientras pensaba hoy en estas cosas, se me ocurrió preguntar por Facebook qué tipo de receta os apetecería ver publicada en el blog y, por una rotunda unanimidad, ganó la opción de una salada y ligerita, que ya estamos todos un poco saturados de dulces navideños... Así que rescaté una de las que tenía pendientes antes de Navidad...
Este revuelto es una receta muy rica, sencilla y ligerita y en un momento os puede apañar una buena comida, sobre todo para estos días que, después de todo lo que hemos preparado para las fiestas, no apetece tanto meterse en la cocina a preparar grandes guisos. Y además, con unos ingredientes de lujo ;).

La seta de cardo es rica en proteínas, vitaminas, minerales y antioxidantes y, debido a que contiene una gran cantidad de agua, es muy adecuada para dietas bajas en calorías. Si no os gusta o no la encontráis, la podéis sustituir por cualquier otra seta que haya en esa temporada, como el socorrido champiñón jeje o alguna verdura con un alto contenido de agua. 

Los ajetes tienen un nivel de proteínas e hidratos de carbono superior a otras hortalizas y verduras, lo que hace que proporcionen un poco más de aporte energético.  Sus nutrientes son similares a los del ajo blanco, pero un poco menos concentrados ya que su contenido de agua es más elevado. Así que, si se consumen con frecuencia, pueden ser beneficiosos para dolencias cardiovasculares además de ser diuréticos, depurativos, antisépticos y antibacterianos.

Y por último, los huevos, que nos aportan las proteínas y grasas necesarias para darnos el aporte energético que nos hace falta para aguantar hasta la merienda :) Pero cuidadín, no vale meterse un bollo o un cupcake a mitad de la tarde ¿eh? jaja.

Así que con esta recetilla añado una nueva etiqueta de "Receta rápida" que fue una de las propuestas cuando os lo pregunté durante el último sorteo.

¡Ah! Y si sois como nosotros y vais con vuestro tupper al trabajo, este revuelto queda muy rico aunque lo recalentéis en el microondas. 

Limpia y trocea los ajetes y las setas.

En una sartén vierte un chorrito de aceite de oliva y, cuando esté caliente, añade los ajetes. Saltéalos durante unos 5 minutos hasta que empiecen a estar dorados y un poco blandos.

Añade las setas, remueve, y saltéalas otros 5 -10 minutos hasta que estén doradas.

Bate los huevos mientras se sofríe el salteado. Salpimientalo, remueve y añade los huevos.

Remueve de nuevo para que se mezclen los ingredientes y, una vez que el huevo esté a tu gusto, retíralo del fuego.

Sírvelo bien caliente acompañado de un chorrito de aceite de oliva virgen extra crudo.