Pero es que, pese a que mayo lo tenemos llenito de cumpleaños (no hay semana en la que no haya alguno que celebrar) acabamos celebrándolos fuera de casa o nos pillan lejos... Y lo de enviar la tarta por correo no me convence mucho :P jajajaja. Además, con lo despistada que soy, seguro que siempre llegaría tarde...
En fin, ya sé que podría preparar los dulces y tartas para nosotros dos y que haríamos la mar de felices a nuestros michelines, pero prefiero alimentarlos con otras cosas (que ideas no me faltan) y meter la menor cantidad de azúcar a mi cuerpo, que luego me hago análisis y me pega algún que otro susto...
Así que, cuando el fin de semana pasado mi suegra nos invitó a comer en su casa para celebrar su cumpleaños, no lo dudé ni un segundo y le dije que de nuevo iban a ser mis conejillos de indias por que ¡el postre lo llevaba yo! (pobres, que paciencia tienen jeje).
Hablando con el cocinillas me dijo que le apetecía que el pastel llevara alguna fruta, así que con esa idea me fui directa a uno de mis libros favoritos de tartas, "The Clandestine Cake Club - Cookbook", y elegí la que os traigo hoy por que me pareció original y tenía ganas de probar una masa diferente (por eso tampoco tiene muchas fotos, ¡no me dio tiempo!).
El resultado fue una tarta con un sabor muy rico, pero un poco seca por que el bizcocho es del estilo de los scones ingleses. Bueno, mejor dicho, no debería decir del estilo por que realmente es un scone enorme jajaja. Y un poco soso, todo hay que decirlo...
Aún así me gustó la idea y el resultado, además de que es una tarta muy rápida de preparar. Pero me pega más para disfrutarla durante una merienda con un rico té o café que para comerla de postre y celebrando un cumple, por que se hace un poco densa. Se me está ocurriendo que en versión individual tiene que ser una delicia... ¿Os animáis? ;)